Madera certificada FSC y PEFC para una construcción sostenible
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Según datos de la Evaluación de los recursos forestales mundiales (FRA), realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde 1990 se han perdido en el mundo 178 millones de hectáreas de bosque. Las causas son múltiples y concatenadas, las principales son la pérdida de biodiversidad por el aumento de la agricultura intensiva de monocultivos y la degradación de la cobertura vegetal, provocada por el crecimiento urbano, la contaminación y el estrés hídrico generado por los fenómenos atmosféricos extremos, cada vez más frecuentes con el cambio climático. 

La pérdida de biodiversidad hace que nuestros bosques sean más vulnerables y menos resilientes para afrontar los cambios medioambientales. Por lo que es urgente y necesario promover modos de explotación más sostenibles y equilibrados. Estableciendo patrones de crecimiento responsables para disminuir los efectos de los gases de efecto invernadero (GEI) y aumentar la calidad de vida de la población.

La privilegiada situación geográfica de España la hace ser una de las regiones con mayor biodiversidad de Europa. En España se encuentra uno de los bosques más antiguos del planeta, el Hayedo de Montejo, uno de los 10 bosques primigenios de la península. Así mismo, nuestras regiones hermanas de Iberoamérica son un excepcional ejemplo de riqueza animal y vegetal promovida por una preservada cultura ancestral que se ha sabido adaptar a los diversos contextos físicos del territorio. 

A ojos de la FAO, Chile es uno de los veinte países que mejor han gestionado sus bosques entre 1990 y 2015. Una de las razones es la existencia de pueblos indígenas que han habitado los bosques de la provincia de Osorno de manera armónica con la naturaleza. En este sentido, varias comunidades indígenas se han unido para establecer nuevas medidas de protección de los recursos naturales y de sostenibilidad, como la producción de tejuelas con árboles muertos de los Bosques de Alerce.

Chile se ha unido a los desafíos globales y se ha comprometido con la sostenibilidad, en tanto que ratificó los compromisos de la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992). Además, el Ministerio de Agricultura cuenta con la Corporación Nacional Forestal (CONAF), una institución del Estado encargada de adoptar medidas políticas hacia la conservación de los bosques. En el país, los compromisos han alcanzado mayor relevancia tras la firma del Acuerdo de París (2016), un acuerdo histórico desarrollado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para combatir el cambio climático y establecer medidas que busquen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En otras palabras, con este acuerdo, todos los países dirigen sus esfuerzos hacia una misma causa común: combatir el cambio climático.

Esta institución cuenta con un instrumento político público: la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), cuya labor es orientar las actividades hacia el cumplimiento de los compromisos de Chile en el ámbito de desertificación, degradación de las tierras y sequía (DDTS)

Importancia de los bosques en Chile

El carácter de los recursos naturales de Chile es único, con 1.957 especies endémicas (50,3%) de un total de 3.892 especies vegetales nativas. Los bosques de Chile abarcan una superficie de más de 17 millones de hectáreas, lo que supone un 22,9% de la superficie total del territorio. Encontramos tanto bosques nativos como bosques forestales, siendo los primeros más abundantes (18,7% de la superficie nacional).

La gestión forestal en Chile se ha centrado, especialmente, en los bosques nativos. De hecho, en 2008 el gobierno promulgó la ley 20283, sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal (más comúnmente llamada Ley de Bosque Nativo). Esto impulsó el desarrollo económico y social del país, pues aumentó la productividad y la producción de bienes y servicios dirigidos a la protección de los mismos.

Uso de la madera para una edificación sostenible

Dos tareas esenciales para luchar contra el cambio climático son, por un lado, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, por otro lado, aumentar los sumideros de carbono en el planeta. Asimismo, entre las medidas más importantes que se recogen en la estrategia internacional se encuentra la explotación sostenible de los recursos naturales.

Los sumideros de carbono son depósitos naturales o artificiales que absorben el carbono de la atmósfera y disminuyen la cantidad de CO2 del aire. Los sumideros principales son las plantas que, mediante la fotosíntesis, extraen el carbono del ambiente. 

Así, la madera es beneficiosa porque el CO2 puede fijarse en los árboles y, luego, se queda almacenado en ella gracias a la fotosíntesis. Cabe destacar que, en líneas generales, cada metro cúbico de madera guarda entre 0,9 y 1 tonelada de dióxido de carbono. "Cada casa construida con ventanas, puertas, muebles y estructuras de madera es como un almacén con botellitas de CO2", explica Juan Ignacio Fernández-Golfín, investigador del Centro de Investigación Forestal (CIFOR) en España, en una entrevista para Público.

Además, usar la madera en lugar de otros materiales ayuda a disminuir las emisiones. Por ejemplo, la fabricación, transporte y puesta en obra de productos derivados de la madera ahorra 15 veces más energía que si se usara hormigón y 400 veces más que si se escogiera acero. 

¿Por qué utilizar madera certificada?

La industria de la construcción debe comprometerse con la sostenibilidad medioambiental. Para ello, es más necesario que nunca el uso de la madera certificada que garantice una explotación sostenible de los bosques. 

Actualmente, hay dos tipos de certificaciones a nivel internacional.

FSC

En 1990, varias empresas directa o indirectamente relacionadas con el consumo o producción de la madera se reunieron en California para acordar un control a la deforestación, que ya empezaba a ser un problema mundial. Así nació una organización global sin ánimo de lucro cuyo fin es promover la gestión forestal responsable: Forest Stewardship Council (FSC). 

Esta organización de acreditación y certificación ayuda a reconocer de forma fiable la madera producida en base a un modelo sostenible y responsable con los bosques. Los productos de madera, papel o derivados que cuenten con el famoso sello del árbol provienen de bosques o plantaciones gestionadas según criterios internacionales de sostenibilidad.

A su vez, FSC emite tres tipos de certificados:

  • Certificación de la Gestión Forestal: se concede a administradores o propietarios de bosques que cumplen los requisitos de los Principios y Criterios del FSC.

  • Certificación de Cadena de Custodia: verifica que el producto o material ha sido separado del material no certificado y no controlado en su cadena de suministro (del bosque al mercado).

  • Madera Controlada: significa que el material procede de fuentes aceptables y puede mezclarse con material certificado FSC en productos con la etiqueta FSC Mixto. No proviene de bosques certificados por la organización, pero sí de áreas que el sistema FSC garantiza una adecuada explotación forestal.

PEFC

Otra organización no gubernamental y sin ánimo de lucro que promueve la gestión forestal responsable es Program for Endorsement of Forest Certification (PEFC). La entidad ha desarrollado un sistema de certificación que reconoce a bosques que cumplen con las normas y los criterios de las Conferencias Ministeriales de las diferentes regiones climáticas.

PEFC otorga a los selvicultores, gestores o propietarios forestales una oportunidad para evidenciar sus buenas prácticas medioambientales. Además, asegura a los consumidores que están adquiriendo productos de origen sostenible. 

Con todo, la certificación de la madera es una de las iniciativas más importantes que se están desarrollando para frenar la deforestación y mejorar la gestión de los bosques en todo el planeta. El uso de madera no certificada favorece la proliferación y el aumento de malas prácticas ambientales en los bosques y, con ellas, la aceleración del cambio climático.

Desde el sector de la construcción, debemos comprometernos con la sostenibilidad y asegurarnos de diseñar edificios con materiales lo menos perjudicial posible para el medio ambiente, como la madera, y también verificar que estos provengan de una gestión ambientalmente saludable.

En Estudio Natura estamos intensamente comprometidos con la conservación de nuestro planeta y queremos hacer lo posible por frenar el cambio climático. ¿Te interesa saber cómo podemos realizar tu proyecto de forma sostenible? ¡Entonces no dudes en contactarnos!

Fuentes:

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Arquitectura bioclimática y ventilación natural: una apuesta por la salud y el ahorro de energía
Pablo Miguel De Souza Sánchez (Estudio Natura)
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